jueves, 16 de julio de 2009

Princesa


Mala suerte para el reino, pues siendo de tendencias conservadoras, ahora tiene una princesa “confundida”.

Debe amar a un rey; debe casarse con el.

Ella corre por el jardín buscando a su caballera y le pide la libere con su acero.

Pero ella la alienta a vivir una mentira en nombre de la paz de su pueblo. Además siempre tendrán la protección del jardín.

La princesa llora. ¡¿Por qué ha de ser un amor obligado?! , ¡¿Y por qué un varón?!

Su guardaespaldas seca sus lágrimas, ensilla su caballo y la besa mientras la aprieta contra ella.

A caballo vuelven a palacio, a caballo vuelven a la mentira, a los prejuicios.

Se aman y estarán juntas sin estarlo. Y eso es lo que importa.